Érase una vez un rey que decidió enseñar a sus súbditos cómo llevar mejor vida. Con este fin, viajó a través de todo el reino para explicar a su pueblo como podía mejorar su existencia. Pero nadie lo escucho. Un consejero le dijo que debía asegurarse de llamar la atención. Le aconsejo: “Frotaos con esta poción mágica a base de ajos y conseguiréis la atención de todos”. El rey hizo lo que decía y salió de nuevo para enseñar a sus súbditos a gozar de una existencia mejor. Pero nadie quiso escucharle. El consejero le dijo que gritara por un megáfono y le escucharían. El rey hizo lo que le decía y nadie lo escuchó. El consejero le dijo que la gente era demasiado tonta para comprender cuanta sabiduría podría ofrecerles. “Debéis obligarles a escucharos, por su propio bien”, le dijo. Entonces el rey hizo que todos se reunieran y les explicó como podían gozar de una vida mejor que la que llevaban. Pero cuando se abrieron las grandes puertas todos salieron corriendo. Moraleja: La gente, rara vez rodea aquello que está rodeado por algo desagradable. Esta fábula nos invita a reflexionar entorno a ¿Qué es aprender? ¿Cómo aprenden nuestros estudiantes? ¿Cómo se debe enseñar para que los estudiantes aprendan?, ¿Qué se debe enseñar y que no?¿qué nuevos métodos y maneras de hacer las cosas lo permitirán?. Responder a estas interrogantes es importante porque tiene que ver con nuestra concepción de enseñanza y aprendizaje. | |||||
jueves, 3 de noviembre de 2011
A MODO DE REFLEXION
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